domingo, 28 de septiembre de 2008

S, de Sexo Acompañada y Sexo en Soledad_

Nunca he sido capaz de acostarme con un tío en la primera noche. Sigo pensando que no ofrecer esa parte de mí, de buenas a primeras, es un modo de valorar mi cuerpo y mi mente y no formar parte de ese sector femenino, pretendidamente liberal, que se da como quien ofrece un kleenex y acaba llorando por la mañana.
Sin embargo, cuando el tío se introduce en mis entrañas, cuando lo he idealizado, me ha caído en gracia y ha escupido frases elegantes, de cierta cultura y cerebro bien amueblado, he acabado abriéndome de piernas con cierta prontitud. Excepto en mi primera vez, cuando la educación, la religión, la cultura y otros prejuicios seguían encadenándome. Tenía 19 años y creo que no estaba aún enamorada.
Con el paso de los años, el acto sexual se ha convertido en una parte más de la relación de pareja y ya no constituye nada más que otro modo de comunicación, de desfogue y de alegría pa’l cuerpo.
Pero echar un polvo con un tío, como ya habréis comprobado la mayoría de vosotras y vosotros, no es siempre una alegría pa’l cuerpo. En ocasiones es frustrante, penoso, absurdo y vacío. Y no siempre ellos tienen la culpa.
Antes de conocer el sexo en pareja ya había conocido el sexo en soledad. Esa es la clave. Por eso me resulta pasmosamente sencillo alcanzar el orgasmo, a veces incluso con el tipo más inepto. Es una de las pocas cosas en las que me siento una privilegiada.
A menudo es muchísimo más satisfactorio el sexo en soledad que el compartido. Gracias a la masturbación, sí, esa palabreja que muchas mujeres temen pronunciar, he sabido pronto lo que me gusta, dónde, cómo y cuando. Eso ha hecho que espere algo más que un puto conejo jadeante encima de mí, un sudoroso infraser que no tenga ni idea de tocar a una mujer. Y como de eso abunda (afortunadamente no lo he sufrido demasiado, por ahora), me gusta ser selectiva. Por eso y porque no aspiro a menos.
Me encanta el sexo, me vuelve loca. Y eso es algo que, dicho de buenas a primeras, a veces coarta a un hombre. Presuponen que eso significa que somos ninfómanas, máquinas en la cama, que nunca estaremos contentas. A algunos les baja el miembro el escuchar frases así, salidas de la boca de una mujer. Soportan un peso de tantos años de machismo y masculinidad mal entendida que se sienten responsables por entero de nuestro placer sexual. Ignoran que buena parte de nuestros orgasmos están por encima de ellos y los conseguimos por nosotras mismas, sin que sean imprescindibles esos esfuerzos inhumanos que creen que deberán llevar a cabo.
Ese es uno de sus problemas en materia sexual. El otro es creer que el pene es el único órgano del que deben hacer uso para conseguir darnos placer.
En mí, el sexo está en la mente y en la vista. En la mente, porque puedo jugar con ella a mi antojo: imaginar el tacto de una piel, la sensación de una lengua en mi espalda o el calor de un cuerpo debajo de mí. El placer previo al propio acto sexual.
Es una de las razones por las que mi placer no depende de Él.
He disfrutado de sexo con amor. He disfrutado de sexo con amor que no lo era. He disfrutado de sexo sin amor. He disfrutado de sexo lento y pausado y también de polvo loco de cinco minutos. He padecido de noches de sexo frustrante por incapacidades físicas de mi pareja, por miembros minúsculos de dueños que además eran ineptos, he fingido orgasmos por cariño hacia la persona que, con más fe que verdadera intención, ha intentado contentarme penosamente. Se me han girado los ojos y he tenido espasmos de placer, he llorado de desesperación al comprobar cómo mi pareja era incapaz de alcanzar el orgasmo, he golpeado la pared de rabia en soledad después de una sesión de sexo que había idealizado y que había acabado siendo desesperante.
Pero, por encima de todo, lo que más ha crispado mis nervios, mis sentimientos, mi condición de mujer, ha sido padecer incompatibilidad sexual incorregible, inevitable, con la persona a la que amaba.
Continuará…

3 comentarios:

xnem dijo...

Ummmh! No había visto esto, la cosa pinta muy bien. Eres muy valiente.

Pam dijo...

Bueno, a ver qué sale!

amelche dijo...

¿Xnem aquí? Pues, ¿no era un blog femenino? ¡Ja,ja,ja!